Composición
El frasco ámpula con polvo contiene: Ampicilina sódica equivalente a 500mg y 1 g. Vehículo c.b.p 2 ml.
Presentación
Caja con un frasco ámpula con 500 mg Reg. San. INVIMA 2006M-005026 R1. Caja con un frasco ámpula con 1 g. Reg. San. INVIMA 2006M-005000 R1.
Indicaciones
La ampicilina es relativamente resistente a la inactivación por los ácidos gástricos y se absorbe moderadamente bien en el tubo digestivo después de la administración oral. La ampicilina se emplea en el tratamiento de diversas infecciones causadas por microorganismos sensibles como: infecciones de las vías biliares, bronquitis, endocarditis, gastroenteritis (incluida enteritis por Salmonella y shigellosis), gonorrea, listeriosis, meningitis, infecciones estreptocócicas perinatales (profilaxis perinatal frente a estreptococos del grupo B), peritonitis, neumonía, septicemia, fiebre tifoidea y paratifoidea, infecciones del aparato urinario, otitis media aguda, faringitis bacteriana, sinusitis, infecciones de la piel y tejidos blandos. Entre los gérmenes generalmente sensibles están Haemophilus influenzae, Escherichia coli, Proteus mirabilis, Neisseria gonorrhoeae, N. meningitidis, Shigella, Salmonella typhi. Deben realizarse estudios bacteriológicos que determinen el germen causal y su sensibilidad a la ampicilina. Es recomendable utilizar la vía intravenosa para los padecimientos graves.
Dosificación
La dosificación de la ampicilina depende de la gravedad de la enfermedad, la edad del paciente y la función renal. Se recomienda emplear la ampicilina a una dosis de 50 - 200 mg/kg/día dividida en 4 dosis. La dosis habitual inyectable en adultos es de 500 mg cada 4 a 6 horas por vía intramuscular o en inyección intravenosa lenta administrada en 3 - 5 minutos o mediante perfusión. En niños se puede administrar la mitad de la dosis para adultos (250 mg).
Contraindicaciones
Se contraindica su empleo en pacientes con hipersensibilidad conocida a la ampicilina o a cualquier producto derivado del grupo penicilínico.
Reacciones Adversas
Los efectos adversos más frecuentes son las reacciones de hipersensibilidad, especialmente exantemas; ocasionalmente se observa anafilaxia, en algunas ocasiones mortal. Las reacciones urticantes que ocurren tras la administración de ampicilina, son erupciones maculopapulosas, eritematosas y suelen aparecer al cabo de 7 días de iniciar el tratamiento. Estas erupciones pueden deberse, en parte, a la hipersensibilidad al grupo ß-lactámico o al grupo amino de la cadena lateral, o a una reacción toxica. Los efectos adversos gastrointestinales, particularmente diarrea, náuseas y vómitos, se observan con bastante frecuencia, por lo general tras la administración oral. También se ha descrito colitis seudomenbranosa. Pueden ocurrir convulsiones, especialmente si se realiza una aplicación intravenosa muy rápida o si hay insuficiencia renal. Localmente puede presentarse tromboflebitis cuando se emplea la vía intravenosa. En pacientes a quienes se administran dosis elevadas de ß-lactámicos es frecuente la neutropenia, y se ha descrito una incidencia del 5 a más del 15% en pacientes tratados durante 10 días o más. Los signos de alarma incluyen fiebre, exantemas y eosinofilia. Se recomienda controlar recuento de leucocitos durante el tratamiento prolongado con dosis elevadas.
Precauciones
Los pacientes con hipersensibilidad conocida a las penicilinas deben recibir un antibacteriano de otro tipo. Sin embargo, los pacientes sensibles pueden reaccionar también a las cefalosporinas y otros ß-lactámicos. La ampicilina y cualquier derivado ß-lactámico debe administrarse con precaución en pacientes con antecedentes de alergia, especialmente a fármacos. Se deben tomar precauciones si se administran dosis muy elevadas de ampicilina, especialmente en caso de alteraciones de la función renal, debido al riesgo de neurotoxicidad. Debe evitarse la vía intratecal. El estado renal, hepático y hematológico debe controlarse durante tratamientos prolongados y con elevadas dosis. Debido a la reacción de Jarisch-Herxheimer, también es necesario extremar las precauciones cuando se trata a pacientes con infecciones por espiroquetas, particularmente sífilis. Debe evitarse el contacto de la piel con la ampicilina o cualquier otro ß-lactámicos puesto que puede producirse sensibilización. El tratamiento con ampicilina puede llegar a modificar la flora bacteriana normal y conducir a sobreinfecciones por microorganismos resistentes, como Clostridium difficile o Candida, particularmente durante un empleo prolongado. Es preferible no administrar ampicilina a pacientes con mononucleosis infecciosa, ya que estos pacientes son especialmente sensibles a los exantemas inducidos por la ampicilina; en pacientes con leucemia linfática o infección por el VIH puede también verse incrementado el riesgo de desarrollar exantemas.
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