Dosificación
Aplicar 1 gota en el ojo o en los ojos afectados, 3 veces al día (cada 8 horas) o según indicación médica. Si se administra con otro antiglaucomatoso la dosis debe ser de una gota cada 12 horas. El cloruro de benzalconio como preservante, puede depositarse en los lentes de contacto blandos, estos deben retirarse antes de la aplicación del fármaco y colocarse como mínimo 15 minutos después. Cuando se esté sustituyendo otro u otros agentes antiglaucomatosos, estos deben dosificarse adecuadamente durante el día e iniciar DORZOLAM® al día siguiente. Se debe tener un mínimo de 10 minutos entre la aplicación de DORZOLAM® y los otros productos oftálmicos utilizados.
Reacciones Adversas
Los eventos adversos más frecuentemente reportadas fueron: Alteración del gusto (amargo, ácido o sabor inusual) y ardor o sensación de "pinchazos" en los ojos. Congestión conjuntival, visión borrosa, queratitis superficial y "picazón" ocular (5 y 15%). Entre el 1 y 5%: Dolor abdominal o lumbar, alteraciones oculares a nivel palpebral y conjuntival (blefaritis, sequedad, secreción, lagrimeo, eritema, exudación, dolor o molestia, edema, inyección conjuntival, conjuntivitis), ardor y dolor punzante ocular, erosión y manchas corneales, opacidad del cristalino (núcleo o subcápsular), vértigo, excavamiento glaucomatoso, cefalea, defectos del campo visual, desprendimiento del vítreo. Los siguientes eventos adversos han sido reportadas en estudios clínicos y experiencias postcomercialización: Miopía transitoria, queratitis punteada superficial, mareos, vómito y náuseas, parestesias, angioedema, depresión, diarrea, sequedad de la boca, iridociclitis, congestión nasal, erupción cutánea, parestesia, fotofobia, iridociclitis, urolitiasis. Ardor, picazón o molestia en el ojo inmediatamente después de la administración. Con menos frecuencia se registraron signos y síntomas de reacción alérgica ocular, fotofobia, sequedad ocular, visión borrosa, lagrimeo, cefalea, náuseas, astenia, fatiga, rash cutáneo. La dorzolamida, al ser una sulfonamida que se absorbe en forma sistémica, puede ocasionar reacciones adversas atribuibles a otros derivados sulfonamídicos, incluido el síndrome de Stevens-Johnson, necrólisis epidérmica tóxica, necrosis hepática fulminante, agranulocitosis, anemia aplásica y otras alteraciones hemáticas. El uso de dorzolamida no ha sido estudiado en pacientes con glaucoma agudo de ángulo cerrado.