GLIFORMIN

4260 | Laboratorio SIEGFRIED

Descripción

Principio Activo: Metformina,
Acción Terapéutica: Hipoglucemiantes orales e inyectables

Composición

GLIFORMÍN® 850: Cada tableta contiene clorhidrato de metformina 850 mg GLIFORMÍN® 1000: Cada tableta cubierta contiene clorhidrato de metformina 1000 mg.

Presentación

GLIFORMÍN® 850: caja por 30 tabletas, en 3 blísteres de 10 tabletas cada uno (Reg. San. No. INVIMA 2007 M-0007473). GLIFORMIN® 1000: caja por 30 tabletas cubiertas, en 3 blísteres de 10 tabletas cada uno (Reg. San. No. INVIMA 2008 M-0008534).

Indicaciones

Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 recientemente diagnosticada, especialmente en pacientes con sobrepeso. Se ha demostrado una reducción de las complicaciones relacionadas con la diabetes en pacientes adultos diabéticos tipo 2 con sobrepeso tratados con metformina como tratamiento de primera línea tras el fracaso de la dieta. En adultos, GLIFORMÍN® puede utilizarse en monoterapia o en combinación con otros antidiabéticos orales, o con insulina. GLIFORMÍN® puede utilizarse como coadyuvante en el manejo de la diabetes mellitus tipo 1 (insulinodependiente). En niños a partir de 10 años de edad y adolescentes, GLIFORMÍN® puede utilizarse en monoterapia o en combinación con insulina.

Dosificación

GLIFORMÍN® se administra por vía oral. Se debe iniciar con dosis bajas, ya sea media tableta de 850 mg, una o dos veces al día, repartidas a mañana y tarde o una tableta de 850 mg como dosis única en la mañana por la primera semana e incrementar esta dosis paulatinamente de acuerdo con la respuesta terapéutica. Se recomienda no sobrepasar los 2.000 mg/día. En diabéticos insulinodependientes, se puede coadministrar GLIFORMÍN® buscando lograr reducir la dosis de insulina y mejorar el control glicémico. La dosificación de insulina diaria se adecúa de acuerdo a los resultados de glicemia capilar; en general, cuando la dosis diaria de insulina es menor a 40 unidades, la dosis de GLIFORMÍN® será de dos tabletas al día; concomitantemente, la insulina se irá reduciendo en 2 a 4 unidades cada dos días. En caso necesario se puede incrementar la dosis de GLIFORMÍN®. Los síntomas y signos de sobredosificación con metformina incluyen astenia, confusión, palpitaciones, transpiración y vómito, acidosis metabólica, hipovolemia, acidosis láctica, convulsiones, depresión respiratoria, oliguria, anuria e hipoglucemia. La hipoglucemia leve responde a la administración oral de glucosa o azúcar y al reposo. La hipoglucemia moderadamente grave puede corregirse mediante la administración intramuscular o subcutánea de glucagón. En el paciente comatoso, se requiere la administración intravenosa de dextrosa.

Contraindicaciones

Hipersensibilidad conocida a la metformina o a las biguanidas. Insuficiencia renal (niveles séricos de creatinina mayores de 1,5 mg/dL en hombres y de 1,4 mg/dL en mujeres). Pacientes con función hepática deteriorada. Intoxicación alcohólica aguda. Estados hipóxicos tales como insuficiencia cardíaca congestiva severa, insuficiencia respiratoria, infarto de miocardio reciente, shock. Lactancia.

Precauciones

La acidosis láctica es una complicación metabólica rara pero grave (alta mortalidad en ausencia de un tratamiento precoz) que puede aparecer en caso de acumulación de metformina. Los casos descritos de acidosis láctica en pacientes tratados con metformina han aparecido principalmente en pacientes diabéticos con una insuficiencia renal marcada. La incidencia de la acidosis láctica puede y debe reducirse evaluando también otros factores de riesgo asociados como la diabetes mal controlada, cetosis, ayuno prolongado, consumo excesivo de alcohol, insuficiencia hepática y cualquier estado asociado con la hipoxia. Dado que la metformina se elimina por vía renal, deben determinarse los niveles de creatinina en suero antes de iniciarse el tratamiento y vigilarse de forma regular de la siguiente manera: Anualmente en pacientes con función renal normal; trimestral o semestralmente en pacientes cuyos niveles de creatinina sérica estén en el límite superior del valor normal y en ancianos. En estos últimos, la aparición de una insuficiencia renal es frecuente y asintomática, por lo que cualquier medicación que pueda producir deterioro de la función renal (p. ej.: analgésicos, antiiflamatorios no esteroideos (AINEs), o antihipertensivos) debe iniciarse cautelosamente. Administración de productos de contraste yodados:Dado que la administración intravascular de materiales de contraste yodados para estudios radiológicos puede desembocar en una falla renal, el tratamiento con metformina deberá suspenderse antes o en el momento del procedimiento y reiniciarlo pasadas 48 horas, sólo después de evaluar la integridad de la función renal y comprobar su normalidad. Se sugiere interrumpir el tratamiento 48 horas antes de cualquier cirugía programada con anestesia general, y reanudarlo pasadas 48 horas, una vez se reinicie y/o se tolere la vía oral. Niños y adolescentes:Debe reconfirmarse el diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 antes de iniciar tratamiento y, aunque no se han detectado efectos de la metformina en el crecimiento o en la pubertad, no se dispone de información a largo plazo sobre estos efectos específicos. Por ende, se recomienda un cuidadoso seguimiento sobre los efectos de la metformina en estos niños, especialmente prepúberes. Aun cuando metformina sola no origina jamás hipoglucemia, se recomienda precaución cuando se utiliza en asociación con otros medicamentos para el tratamiento de la diabetes, incluyendo insulina.

Farmacocinética

La absorción de la metformina se realiza lenta e incompletamente en el tracto gastrointestinal, especialmente en el intestino delgado, completándose en aproximadamente seis horas. Aunque los alimentos disminuyen la absorción de la metformina, se recomienda su administración concomitante o posterior a la ingesta de alimentos para disminuir los posibles efectos adversos gastrointestinales. La biodisponibilidad alcanzada está entre el 50 y 60% después de suministrar entre 0,5 y 1,5 g por vía oral. La metformina se une poco a las proteínas plasmáticas y su vida media es de alrededor de 6,2 horas. Se distribuye rápidamente a todos los tejidos y fluidos corporales, logrando altas concentraciones en tracto gastrointestinal, y en menor proporción en riñón, hígado y glándulas salivares. La metformina no es metabolizada en el hígado y no se excreta por bilis. Su eliminación se hace principalmente por vía renal en forma inalterada. En pacientes con función renal disminuida la vida media se prolonga y la eliminación renal disminuye en proporción a la disminución de la depuración de creatinina. En ancianos la eliminación plasmática total disminuye, la vida media se prolonga y la Cmáx aumenta, en comparación con individuos jóvenes sanos. Pediatría:No se han realizado estudios farmacocinéticos en pacientes pediátricos.

Indicado para el tratamiento de:

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